Hemos descubierto algo preocupante en los modelos de IA: si el problema es demasiado difícil, se rinden enseguida
La última evidencia sobre los modelos avanzados de IA revela una limitación inesperada: ante problemas realmente complejos, tienden a rendirse en las primeras fases y evitan seguir razonando. Esto desafía la expectativa de que nos acercábamos a una Inteligencia Artificial General (AGI) genuina basada en el razonamiento profundo. El motivo parece radicar en cómo estos modelos gestionan la frustración, evaluando que invertir más esfuerzo no les resultará rentable. Un dato curioso: incluso frente a tareas similares, las IAs prefieren abandonar si detectan un umbral de dificultad elevado. Este hallazgo invita a replantear nuestro enfoque en el desarrollo de sistemas más resilientes y persistentes.
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